No hubo ni un instante de duda. Cuando dije que Pichulín, la había elegido a ella, si así lo deseaba... enseguida dijo SÍ.
Y empezó la transformación.
Nos habló, nos contó, nos dijo que atendiéramos, nos hablo de muchas cosas que le pasaron, cosas divertidas, sus gustos, sus aficiones, sus deseos; en dos palabras: su vida.
Fue una semana guapa, porque es muy gratificante ver que cuando las cosas se hacen con ilusión y con alegría, cuestan poco el realizarlas.
Estamos muy contentos, de que así lo haya vivido.
Muchas gracias a tu familia, por la generosidad y la implicación, porque también los contagiaste de felicidad.
Pau, un recuerdo de tu semana que nos encantó.
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